En la recuperación de la identidad de lo femenino

En la recuperación de la identidad de lo femenino

Quisiera compartir con ustedes una experiencia clínica que, aunque dista de ser una investigación, quizás pueda convertirse en tal a través de esta Red de Femeninas búsquedas.

Teniendo en cuenta que nuestro abordaje sanador procura el tratamiento del Ser, es justamente en las mujeres donde, con más claridad puedo vislumbrar la relación que la afectividad en sus múltiples aspectos incide en la aparición de una u otra dolencia.

Es así que siempre procuro abordar a lo femenino, desde ese lugar misterioso y pendiente que aún está por descubrir nuestra especie, aplicando las variadas formas que a lo largo del tiempo nos ha sugerido nuestro Maestro.

En “Radio Posibilidades”, radio pirata de Comunicaciones Tian de diciembre del 2012, el señor Asesor, nos recordaba que si no mejoramos la salud de lo femenino, la especie humana terminará siendo una especie deteriorada.

¿Cómo hacerlo? Favoreciendo que cada mujer se identifique con su verdadero papel, recupere su identidad y deje así de desarrollar mecanismos autoagresivos.

Esas palabras me hicieron sentir un compromiso, no sólo como mujer en la recuperación de mi identidad sino también como sanadora, que diariamente me encuentro con mujeres que tras un dolor, un sufrimiento o una enfermedad, preguntan desesperadamente “¡¡¿quién soy?!!”

Más aún por el hecho de que se nos sugirió, en dicho programa, la posibilidad de abordar la RECUPERACION DE LA IDENTIDAD DE LO FEMENINO a través de nuestro cuerpo de luz en Guanyuan “Barrera de la Fuente”, Shanzhong “Centro de la sinceridad” y Neiguan “Barrera Interna”.

Comencé a aplicar el tratamiento con esta intención sanadora. Lo aplico a 20 pacientes, cuyo motivo de consulta es de lo más diverso, desde afecciones físicas (miomas, hipotiroidismo, trastornos menstruales, quistes mamarios) hasta alteraciones anímicas (consigo mismas, con el entorno familiar y laboral, deseo de embarazo) y espirituales (no encontrar su lugar en el mundo, autoagresión, búsqueda de identidad).

En esa diversidad de manifestaciones, consideré que el origen común era esa pérdida de identidad, que en muchos casos hace que permanentemente se hagan “trampas” para no poder disfrutar, para no sentirse plenas o realizadas en su labor, o desmerecerse sin necesidad de un interlocutor.

El tiempo de aplicación aún es reducido –como máximo 4 meses- y los resultados son tan diversos como diversas son ellas. Pero si me permito compartir esta experiencia, y recomendarla, es porque en TODOS los casos he visto cambios.

• -          En algunas mujeres, ha habido una mejoría en cuanto a su estado físico, sintiéndose más saludables.

• -          En algunas se ve claramente una mejoría de su estado anímico, estando más sonrientes, menos preocupadas, incluso más desapegadas de los problemas que las aquejaban

• -          En algunas pacientes, venía realizando otro abordaje y al cambiar a este tratamiento, se notó un salto cualitativo en la evolución.

• -          En algunas mujeres, hay un aparente “empeoramiento”, pero me ha llamado la atención que tiene que ver con que, algunos comportamientos, que hasta ahora tenían como naturales, ya no les sientan tan bien. Desde mi visión, quizás sean reacciones, desde la identidad femenina que se despierta, a lo que no es adecuado o auténtico… como hipótesis, claro.

Personalmente, tener este tratamiento como posibilidad de actuación, me ha permitido estar más alerta y sensible a lo que, como féminas, aún tenemos por descubrir; alerta ante nuestro complejo mundo emocional que a veces nos “enreda” en nuestras propias trampas, hasta el punto de transformarnos en enemigas de nosotras mismas.

Seguiremos informando… Gracias.

Publicado por Claudia Magnou- Uruguay