martes, 9 de diciembre de 2014

LA BLOGGER PETRONILLA QUE ENSEÑO A COCINAR A LAS MUJERES SIN RED

Por: Clara Restrepo

Petronilla, Doctora Amal, un ama de casa, una mamá… que se escondía detrás de estos pseudónimos en los suplementos dominicales de los diarios italianos por casi más de 20 años entre 1929 y 1947, enseñando a millones de italianos, sobre todo a las mujeres amas de casa, a comer bien con poco, a cuidarse correctamente y a leer las prescripciones de los medicamentos, en definitiva a vivir una vida más sana y equilibrada.
Ella, Amalia Moretti Foggia fue en alguna manera la primera blogger italiana, cuando todavía las redes sociales no existían. Contaba solo con su pluma, pero establecía con sus lectores un estrecho dialogo expresándose con habilidad en diversos argumentos. Unas veces era el médico profesional “Doctor Amal” que enseñaba a no jugar con hierbas, medicamentos o cataplasmas; otras veces era la coloquial y simpática Petronilla, con sus recetas de tiempos de guerra, pocos ingredientes pero justos y garantizados.
La imagen de una mamá siempre lista y a la disposición de sugerir con sus consejos en casos tan simples como cuando los niños se hacían pipi en la cama o no dejaban de toser. Fue sin duda una formidable divulgadora de la salud en tiempos en los cuales el único medio divulgativo eran los diarios, cuando los domingos se estampaban 1.160.000 copias, y otros diarios como el “Corriere dei Piccoli” estampaban 150.000 copias, era el medio por el cual millones de lectores obtenían información científica en un lenguaje al alcance de todos y enseñar una cocina de poco y con poco, pero que podía contribuir en un modo determinante a la salud y a la serenidad de la familia.
Con dos títulos universitarios -Ciencias Naturales y Medicina- y un amplio bagaje cultural y científico enseñó recetas simples a jóvenes esposas sin experiencia, que en momentos difíciles y sin la ayuda del marido se veían en dificultad cada vez que debían poner un plato en la mesa en tiempos de guerra y de escases, recibiendo por parte de sus conyugues reproches y malos tratos en lugar de recibir a cambio una palabra de gratificación. Publicó mas de 800 artículos como Petronilla y el doble como Doctor Amal, siempre con el objetivo de ayudar a quienes tenían menos posibilidad económica o social de crecer y mejorarse a si mismos y a la propia vida.
Escribía sus artículos en forma de diálogos en donde los personajes eran figuras femeninas creadas para representar mujeres de diversas regiones o temperamentos. Por ejemplo uno de sus personajes era la cuñada gorda, maestra del arte culinario, otra era la joven que encontraba la carne en “caja” uno de los “mas geniales inventos de la modernidad”… Amalia lo sabia bien, las mujeres comenzaban a salir de las cocinas y se venían los tiempos en los cuales las mujeres debían pasar de la oficina o de la fábrica a los fuegos de la cocina, siempre con la exigencia de sus compañeros que esperaban en la mesa un exquisito plato preparado con pocos recursos y en poco tiempo. Ella se supo adaptar a las necesidades de los tiempos y de sus lectoras, siempre con una respuesta que no solo cubría la parte culinaria sino también la parte de la salud en la alimentación.
Mantuvo oculta su verdadera identidad hasta el momento de su muerte cuando se hizo saber a todos los lectores que el “Doctor Amal y Petronilla” habían fallecido.
El legado de Amalia permanece gracias a la fundación que lleva su nombre y se han reeditado todas sus recetas en varias publicaciones, uno de ellos “las recetas de vida del Doctor Amal y de Petronilla”.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

MUJERES MEDICO: MUJERES Y MEDICINA EN LA HISTORIA

Por: Clara Restrepo


Desde las civilizaciones amerindias, africanas o asiáticas, hasta aquel crisol de poblaciones euroasiáticas que fue la Mesopotamia, los testimonios nos confirman el papel de la mujer como sujeto activo y exclusivo, portadora de alivio, salud y bienestar para sus congéneres y para la comunidad de la cual hacía parte. La historia de la medicina nos trae ejemplos en la época azteca de mujeres que les era permitido el ejercicio de la profesión de sanación, el único limite era que debían practicarla en edad madura, después de la menopausia.
Este estilo de vida, este sentido común, estas tradiciones simples y ricas al mismo tiempo de conocimientos pasados por generaciones y de relaciones delicadas y profundas con la naturaleza, se encontraron con periodos más difíciles.
Uno de los peores en el cual sus consecuencias llegaron a condicionar la vida a través de los siglos por venir, fue precisamente el de la Inquisición. Los historiadores aun discuten  sobre cuántas fueron las víctimas de este periodo. Las cifras varían, pero todos concuerdan en el hecho que la mayoría de las victimas fueron mujeres.
Se perdieron tradiciones y culturas milenarias de cuidados y bienestar y con particular énfasis fueron canceladas todas las pistas sobre el bienestar psicofísico y la armonía con la naturaleza y con el universo, que había sido transmitido en textos ilustres, como en el Evangelio de los Esenios. Esta estrategia de destrucción aseguró el conocimiento médico solo a los hombres desde el momento en el cual este periodo se decretó en modo mas o menos oficial y solo los doctores educados en medicina podían practicar las artes de la salud y las escuelas de medicina fueron prohibidas a las mujeres.
A excepción de la Escuela De Salerno, ilustre Academia Médica fundada aproximadamente en el año 1000, donde se encuentran los registros de una médica, llamada Trotula, “Sapiens Matrona”, hábil comadrona, proveniente de una familia de Salerno: los de Ruggiero, de origen Longobardo.
En Catania en el 1370 fue habilitada para ejercitar la profesión médica en todo el reino de Sicilia, otra excepción: La doctora Vidimura, esposa de un médico famoso de la época; pareciera como si la medicina fuese en esos tiempos una prerrogativa de privilegiadas esposas o hijas de médicos.
Salvo estas excepciones las mujeres fueron relegadas de cualquier actividad médica, como aseguran los numerosos tratados sobre las enfermedades y problemáticas femeninas.
Un emblema de este relegamiento de la mujer en Europa es el cirujano de Berlín, Von Bergmann que en 1882, sin declararse un misógino no aceptaba estudiantes mujeres en sus cursos, afirmando que las disposiciones del estatuto universitario contemplaban solamente la “instrucción de la juventud masculina”.
Solo poco menos de un siglo atrás, tímidamente las mujeres reaparecen en las academias de medicina, en la Universidad de Florencia, por ejemplo, parece ser que la primera mujer en recibir el diploma de Médico en el 1877, fue un caso aislado porque había iniciado sus estudios en la Universidad de Zurich.
Bloqueadas desde el principio y reducidas a largos años de silencio y de servicio a sus colegas masculinos, con fatiga y con paciencia, las mujeres se fueron ubicando en sus propios lugares. Los obstáculos a superar eran principalmente de carácter cultural, a veces las propias familias que trataban de obstaculizar de todas las maneras la voluntad de las hijas de entrar en una profesión considerada exclusivamente masculina.
Mujeres Médico entre el 1800 y el 1900
Las mujeres fueron aceptadas sin discriminación en la Universidad en la profesión médica solo a finales del 1800 y principios del 1900. En el Nuevo Mundo la figura de la mujer médico encuentra “su espacio” en la primera mitad del 800 y en todo el país proliferaron las escuelas médicas privadas. De ahí nace un movimiento para la reforma de la salud con el objetivo de favorecer la “buena forma” a través de campañas de información pública.
En el periodo de las “lady doctor”, no faltan ciertos nombres famosos, como Elizabeth Balckwell, aceptada en el Geneve Medical College del estado de Nueva York y graduada en 1854 como primera mujer médico después de dos años de estudio. En 1854 también su hermana Emily se gradúa como médico y se transfiere a Europa donde frecuenta varios hospitales para adquirir mayor experiencia. De la misma manera Ann Preston se convierte en docente de fisiología e higiene graduándose en el Woman’s Medical College de Filadelfia, primera facultad de Medicina solo para mujeres fundada en octubre de 1850 por un grupo de médicos de la ciudad. Marie E. Zakzewka de origen alemán y posteriormente conocida como Doctora Zak frecuenta el mismo colegio en donde se gradúa Emily Balckwell y aun a pesar de las hostilidades se gradúa con el máximo de calificación en 1856.
Una de las figuras más prestigiosas dentro de las mujeres médico es Mary Putnam Jacobi, se diploma en Farmacia en New York y posteriormente obtiene el diploma en Medicina en el Woman’s Medical College de Pensilvania, es la portavoz de la idea que para ser un buen médico es tan fundamental el tener una buena preparación científica como el tener una gran compasión por el que sufre, se convertirá en la portavoz del movimiento medico femenino de la Working Women’s Society y de la Asociación por los Avances en la Educación Médica para Mujeres (Advancement of the Medical Education for Women).
El deseo de estas pioneras de la medicina es dedicarse sobre todo a los problemas sanitarios de las mujeres y los niños. En el 1900 las mujeres médico americanas son centenares y representan el 5% de todos los médicos.
Dorothy Reed, patóloga es la primera en describir la célula típica de la enfermedad de Hodking, Eliza Morher, docente de higiene se convierte en experta en sanidad pública, Ruth Tunnicliffe será una brillante bacterióloga Y Florence Sabin se distinguirá en la investigación sobre la anatomía del sistema nervioso.
En el 700 Italiano, en Bologna Dorotea Bocci y Anna Morandi Manzolini se dedican al estudio de la anatomía, la primera sustituye al padre, la segunda al marido. Otra célebre docente capaz de llenar los auditorios no solamente con alumnos sino con altas personalidades como cardenales y nobles, fue Laura Bassi.
También recordar a Maria dalle Donne, la primera docente de Obstetricia de la Universidad de Bologna, graduada en Filosofía y Medicina en 1799, y posteriormente directora de la Escuela de Comadronas.
Maria Montessori, nace en 1870 y es la primera mujer italiana en conseguir el diploma de Medicina y Pedagogía, y también de Ciencias naturales y Filosofía. Se da a conocer su método educativo apreciado en todo el mundo, dedicándose sobre todo a la infancia con deficiencias psíquicas. Autora del método de clasificación sobre los retrasos mentales y su tratamiento pedagógico, viene nominada como asistente en la Universidad de Roma y dos años después puede comenzar a experimentar su método de “autoeducación”, que consiste en dar la máxima libertad a los niños, sobre todo en las fases pre elementares.
Mas recientemente, en lo que se refiere a la investigación científica es significativo el ejemplo de la Torinese Rita Levi Montalcini, premio Nobel de la Medicina en 1986 y descubridora del Factor de Crecimiento de las células nerviosas.
Si hablamos del siglo pasado, culturalmente eran años difíciles tal y como lo reporta la Gazzeta Medica Lombarda en 1932, en donde un tal Doctor Berti rechazaba abiertamente que la mujer tuviera capacidades para ejercitar la medicina. En 1939 otro doctor, el Profesor Pende aseguraba en la revista “Educación Fisio-psiquica” que los factores de pervertimiento de la naturaleza femenina eran tres:
-       La voluntad de emancipación económica
-       El deseo de emancipación familiar y conyugal
-       La emancipación espiritual haciendo los mismos estudios que los hombres.
Afortunadamente, la evolución cultural y una progresiva flexibilidad en la concepción de los roles ha favorecido la adquisición de nuevos espacios para las mujeres en el ámbito profesional médico.
Si en un principio a las mujeres médico se les relegaba sobre todo  a roles tales como el cuidado, la educación y la higiene de los niños y de las madres, actualmente la mujer medico cada vez adquiere más espacio en ámbitos como la investigación o la cirugía.