viernes, 11 de octubre de 2013

PRIMERA CÁTEDRA EN ITALIA DE MEDICINA DE GÉNERO...

Publicado por: Clara Restrepo


LA UNIVERSIDAD DE PADOVA ACTIVA LA PRIMERA CÁTEDRA EN ITALIA DE MEDICINA DE GÉNERO

Leyendo el periódico nos encontramos con esta noticia, y nos hemos quedado absolutamente impresionados, podemos darle una explicación recurriendo a las resonancias mórficas o a la teoría de las cuerdas, pero más allá de las explicaciones verdaderamente nos alegra saber que se está haciendo algo a nivel de la salud de la mujer por parte de la medicina occidental y que ha recibido el reconocimiento oficial de una de las universidades más antiguas de Europa y la segunda en Italia, que siempre desde sus inicios ha mostrado una gran apertura hacia los nuevos descubrimientos científicos, no en balde Galileo dio su cátedra durante años en este centro, grandes médicos de la historia de la medicina pasaron por sus aulas, y fue la primera universidad en darle el título universitario a una mujer.





La Universidad de Pádova ha activado la primera cátedra de Medicina de Género en Italia, la segunda en Europa después del Ateneo de Viena. Empezará en octubre a cargo de la Profesora Giovanella Baggio, especialista en Endocrinología y Medicina Interna. Directora de Medicina General en administración hospitalaria. Ha trabajado en Geriatría y Gerontología en la Universidad de Sassari. La Doctora Baggio fundó hace 4 años en Pádova el primer Centro de Estudios Nacionales para la Salud y la Medicina de Género. La Medicina de Género es la disciplina que indaga las relaciones entre el sexo femenino o masculino en relación a las terapias aplicadas. Es una innovación dentro de la investigación biomédica, pretende garantizar a cada individuo, sea hombre o mujer una terapia específica.

Ahora la Universidad de Pádova le ha dado un reconocimiento oficial instituyendo una cátedra. Pádova ha sido un punto clave de esta red de estudios y punto de referencia a nivel del Network nacional que ha surgido en este sector de la salud. El rector de la Universidad ha expresado que con esta cátedra se le dará la importancia a esta disciplina, porque “No es posible ignorar las diferencias”. Las mujeres son más longevas, pero también enferman más, antes de que sea demasiado tarde urge revisar el sistema de salud y tratamiento, teniendo en cuenta los mecanismos patógenos, ser capaces de dar una respuesta a nivel de fármacos, influencias culturales, haciendo hincapié a las diferentes reacciones que derivan de ser hombre o mujer. Para la mayoría de las patologías no hay datos específicos sobre la mujer, la investigación terapéutica es estudiada sobre una única base fisiológica: la del varón.


El objetivo del curso de estudio que empezará este año académico, será el ilustrar las diferencias entre hombre y mujer, entendidas como el conjunto de las acciones y las reacciones que los dos géneros tienen en el desarrollo de patologías que les son comunes. Es por ello que durante los días 10 y 11 de octubre se tendrá el Tercer Congreso de Medicina de Género en el Aula Magna de la sede histórica de la Universidad.


Doctora Giovanella Baggio. Presidenta del Centro de estudios nacionales para la sauld y la medicina de género

miércoles, 9 de octubre de 2013

LAS HORMONAS FEMENINAS SON LAS OTRAS CULPABLES DE LA "MENOPAUSIA" MASCULINA

Por Milagros García Bueno



Diario “ElMUNDO 12-09-2013”
Las hormonas femeninas son las otras culpables de la 'menopausia' masculina
  • El menor nivel de la testosterona no es la única causa de la andropausia
  • Una reducción de los estrógenos también influye en la generación de síntomas
  • A partir de los 50 suele darse un menor deseo sexual por estas causas
La testosterona no es la única culpable de la falta de deseo sexual que algunos hombres muestran con la edad. Esta especie de 'menopausia masculina' reduce su libido, incrementa la grasa corporal e incluso puede provocar disfunciones sexuales. En la jerga médica, es lo que se conoce como hipogonadismo, un trastorno que los expertos acusaban a la merma de testosterona. Sin embargo, una investigación que acaba de publicar la revista 'The New England Journal of Medicine' arroja novedades. Al parecer, los estrógenos también tienen voz en el desarrollo de esta enfermedad.
Aunque la principal hormona sexual del hombre es la testosterona, "también hay una pequeña cantidad de estrógenos circulando por el organismo (la testosterona se transforma en estrógenos por la acción de una enzima denominada aromatasa)", argumenta Jorge Vallejo, médico adjunto del servicio de Urología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid – España. Hasta la fecha, explica, "no se pensaba que pudieran tener una acción fisiológica importante en el hombre", pero en vista de los resultados que se desprenden de la nueva investigación, realizada por el Massachusetts General Hospital (MGH), los conceptos podrían cambiar.
Un grupo de científicos liderado por Joel Finkelstein puso en marcha un estudio con 198 hombres sanos entre 20 y 50 años. "Queríamos comprobar a partir de qué niveles de testosterona empiezan a producirse los síntomas que se atribuyen a la andropausia y si realmente se deben al déficit de esta hormona, a los estrógenos o a ambas".
La andropausia, explica Javier de la Peña, jefe de Servicio de Urología del Hospital La Paz de Madrid, "es un fenómeno como la menopausia, con una serie de síntomas ligados a la edad: el músculo pierde volumen y fuerza, aumenta la grasa corporal, se cae el vello del cuerpo (no de la cabeza), pueden aparecer estrías, osteoporosis, declina el deseo sexual y puede causar disfunción eréctil".
A día de hoy, el diagnóstico de este trastorno se realiza a través de un análisis de sangre, poniendo el punto de mira sólo en los niveles de testosterona. Sin embargo, y teniendo en cuenta que una pequeña porción de esta hormona se convierte en estrógeno, "cuanto más alto sea el nivel de testosterona, más se convierte en estrógeno". Y viceversa, "cualquier disminución de testosterona se traduce en menos cantidad de estrógeno", señalan los autores del trabajo.
"Hay muchas hormonas implicadas en este trastorno masculino, pero, como dicen las guías clínicas de la Asociación Europea de Urología, como no se saben cuáles son ni cuáles son sus valores normales, de momento, es la testosterona la que nos indica quién tiene andropausia", expone Eduardo García Cruz, urólogo del Hospital Clínico de Barcelona.
Menos estrógenos
Para analizar la relevancia de ambas hormonas (testosterona y estrógenos), Finkelstein y su equipo dividieron a los 198 participantes en dos grupos. Primero, todos ellos fueron tratados con un medicamento que suprime la producción normal de todas las hormonas reproductivas. Después, uno de los grupos recibieron dosis diarias de un gel de testosterona (una de las formas de administración de terapia sustitutiva de testosterona) durante 16 semanas. El resto obtuvo las mismas dosis de esta hormona además de un inhibidor de aromatasa, con el objetivo de suprimir la reconversión de testosterona en estrógenos.
A todos los participantes se les realizó un análisis de sangre y se registraron sus medidas (antes y después del experimento) de la grasa corporal, el volumen y la fuerza muscular. También completaron un cuestionario sobre su vitalidad, el estado general de su salud y su deseo sexual.
En el primer grupo, la acumulación de grasa se observa cuando los niveles de testosterona empiezan a caer. La disminución de la masa y la fuerza muscular no se apreciaban hasta que la cantidad de esta hormona era significativamente baja. En cuanto al deseo sexual, va disminuyendo progresivamente con la reducción de testosterona y la disfunción eréctil no ocurre hasta que los niveles son muy bajos.
En el segundo grupo, los resultados en cuanto a la grasa corporal y el tono muscular no sufrieron variaciones, es decir, la supresión de la síntesis de estrógenos no tuvo efecto significativo añadido al de la reducción de testosterona. Sí lo tuvo en lo referente a la función sexual. Cuando la síntesis de estrógenos se suprimía el deseo sexual se resentía notablemente.
Aún por ratificar
De confirmarse el papel de los estrógenos, concluyen los autores de la investigación, significaría que para diagnosticar el hipogonadismo masculino (andropausia) "no sólo habría que analizar los niveles de testosterona en sangre, como se hace hasta la fecha. Además, habría que valorar la cantidad de estrógenos".
En la práctica clínica, el problema a la hora de diagnosticar andropausia es que "muchos de sus síntomas se asumen como normales al hecho de envejecer", apunta García Cruz. El síntoma que más nos guía, por el que vienen a consultarnos, es la disfunción eréctil".
"La falta de interés sexual nos pone en alerta", añade el doctor Vallejo. "Es ahí cuando pedimos la determinación de testosterona". En función de los resultados, los síntomas y de cada paciente, "indicamos una terapia sustitutiva de testosterona". Los beneficios, coinciden los expertos, "están bastante demostrados". Si futuras investigaciones ratifican el trabajo de Massachusset, "el abordaje, quizás podría cambiar".
  
Ante este artículo, que presentamos hoy, quisiéramos resaltar algunos detalles.
Así, para empezar, decir que lo que tenemos delante es una investigación más, de las miles que continuamente se están realizando, con la idea de conocer cada día más el comportamiento del cuerpo humano. Si bien es cierto que no es una investigación cualquiera, pues está realizada por el “Massachusetts General Hospital”, de EE.UU. y publicada por la revista médica “The New England Journal of Medicine”, lo que le da un carácter de más interés y fiabilidad al público.
En cuanto al tema: el hipogonadismo masculino o andropausia; se trata de un proceso en el cual las capacidades sexuales del hombre van cambiando con la edad. Pudiéramos decir, que al igual que sucede con la menopausia en la mujer, es un proceso natural del cuerpo humano en el cual cada persona percibe o reconoce esos cambios de forma diferente. Por supuesto, visto desde un estado general de salud y no causado por un estado patológico previo.
Lo que más nos llama la atención de este artículo es su titular:
Las hormonas femeninas son las otras culpables de la “menopausia” masculina
Los titulares son recursos muy importantes utilizados por los medios de comunicación, que condensan la esencia de la información, para despertar el interés del lector por la noticia y pueden ser leídos de forma independiente, ya que ofrecen los aspectos esenciales de la noticia. Además, el titular es una forma de interpretar el acontecimiento, causando un impacto determinado al lector. En este caso, estaríamos hablando de una prensa sensacionalista. Y es por ello que dentro de este titular nos llama la atención esta palabra LA CULPA.
Claramente, al leer el titular nos está dando a entender que “lo femenino”, del cual la mujer lleva la mayor parte, es el que tiene la culpa de que disminuyan las capacidades sexuales masculinas con la edad. Y claro, a las mujeres, que estamos acostumbradas a cargar con la culpa, nos insta a sentirnos culpables también de este hecho natural que se produce en el hombre.
¿Por qué hay que echar siempre la culpa a alguien? ¿Por qué cuando ocurre algo que no agrada hay que echarle siempre la culpa a la mujer?
Esta es una condena –la culpa- que las mujeres llevamos sobre nuestras espaldas desde siglos, dado que nos han cargado con la responsabilidad de haber cometido aquella falta –morder una manzana- que provocó la expulsión del ser humano del paraíso.
¿Dejaremos algún día de sentirnos culpables? La mujer es considerada un ser inferior y siente miedo, es por ello que se siente culpable siempre, aunque no haya hecho nada.
Para salir de eso, la mujer necesita dejar de sentirse inferior y de tener miedo. Demostrarse que es capaz y para ello tiene que prepararse, tiene que saber, tiene que estudiar y solamente así ese miedo-culpabilidad-inferioridad se irá diluyendo y podrá desarrollar finalmente su tarea como femenino.
Milagros García-Bueno

jueves, 3 de octubre de 2013

LA MUJER, EL SEXO DEBIL EN SALUD MENTAL

Por Inspiración Femenina Tian

Desde hace un tiempo, asistimos al tratamiento de distintas enfermedades desde una perspectiva de género. En el siguiente artículo, la catedrática de psiquiatría de Valencia, Dra Carmen Leal, nos habla a propósito de la enfermedad mental.

http://www.abc.es/salud/noticias/mujer-sexo-debil-salud-mental-15881.html


La mujer, el sexo débil en salud mental

ABCSALUD

Última revisión lunes 30 de septiembre de 2013
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La mujer, el sexo débil en salud mental
Las mujeres españolas sufren el doble de problemas mentales que los hombres
Las mujeres españolas sufren el doble de problemas mentales que los hombres. Los datos sugieren que la prevalencia psiquiátrica puntual para las mujeres oscila entre el 11 y el 37% mientras para los hombres se situaría entre un 6 y un 28%. Más allá de los temas clásicos -ciclo reproductivo, trastornos de la alimentación, violencia doméstica o las diferencias entre grupos étnicos...- atribuidos a la mujer en el campo de la psiquiatría, Carmen Leal, catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Valencia y ponente en el XVII Congreso Nacional de Psiquiatría precisa que «en la actualidad el papel del género comienza a ser analizado en todos los trastornos mentales, no sólo desde una perspectiva clínico-epidemiológica, sino también en cuanto al substrato neurobiológico, factores de riesgo, respuesta terapéutica, pronóstico, evolución, consecuencias sociales e implicaciones en los programas sanitarios».
Recuerda Leal que «la atención a los problemas de salud, y especialmente de salud mental, en las mujeres ha quedado habitualmente reducida a pequeñas referencias respecto a diferencias sexuales en algunas enfermedades o a las consideradas específicamente femeninas». Como consecuencia de esa realidad, «el resultado ha sido que las diferencias de género en salud y en salud mental son objeto de investigación desde hace pocos años».

Resulta curioso, señala, que «las mujeres poseen una mayor esperanza de vida que los hombres, ponen en marcha mayor número de conductas preventivas, padecen en menor medida enfermedades relacionadas con el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas, experimentan menor grado de accidentabilidad y, a pesar de todo ello, la sensación subjetiva percibida por parte de ellas sobre su bienestar, calidad de vida y estado de salud es significativamente peor que la que manifiestan los hombres».
Emocional
Explica la catedrática que «un dato muy importantes es el de la interiorización o exteriorización de las emociones; los hombres son más "internalizadores" (muestran alteraciones fisiológicas sin expresión emocional patente) y las mujeres son más "externalizadoras" (muestran expresiones emocionales más evidentes, sin correlatos fisiológicos). Es evidente que estas diferencias en la capacidad de expresión y reconocimiento emocional en las mujeres las convierte en candidatas a una mayor vulnerabilidad para trastornos afectivos y de ansiedad».

Subraya Leal que «la investigación epidemiológica en psiquiatría ha establecido una relación entre psicopatología y algunos factores sociodemográficos. En concreto, el género ha sido identificado como uno de los factores más importantes, apuntando diferencias tanto en lo relativo al diagnóstico, como en la presentación clínica de los trastornos, así como en el tratamiento».


Los estudios epidemiológicos que contemplan las diferencias por género en los trastornos mentales encuentran, puntualiza Leal, «que mientras que algunos diagnósticos no muestran tasas diferentes (trastorno bipolar I o esquizofrenia), otros, en cambio, son mucho más frecuentes en mujeres (trastornos depresivos, de ansiedad, de la conducta alimentaria, etc.), con ratios muy elevadas, en ocasiones, a favor de éstas».

Leal aborda los factores socioculturales que deben considerarse en el género. «La mujer va a enfrentarse a roles sociales diferentes, a distintas oportunidades en su vida (muy condicionadas además por la edad, la clase social o la raza). La exposición a diferentes estresores le confiere una vulnerabilidad mayor para aquellos trastornos relacionados con el estrés; son múltiples las situaciones que aumentan esa exposición al estrés. El trabajo con remuneración menor, con predominio en el sector servicios, rutinario, con baja recompensa social; la sobrecarga laboral por la suma del trabajo doméstico y el cuidado de los hijos son cuestiones a tener en cuenta».
Factores de riesgo
El divorcio, la pobreza, madres solteras, viudedad, los cuidados de los ancianos e hijos enfermos son estresores especialmente relevantes en las mujeres, según Möller. «Si las estructuras sociales y los estereotipos cambian pueden cambiar también los roles masculino y femenino, con posibles consecuencias sobre la salud mental de ambos», advierte la psiquiatra.
«Puede decirse que la prevalencia de sintomatología y trastornos depresivos es realmente más elevada entre las mujeres -asegura la catedrática valenciana. Aunque ninguna de las hipótesis descritas (biológicas, psicológicas, de roles de género, etc.) parece explicar por sí misma la magnitud de la diferencias halladas. De hecho, parece adecuado pensar que estas hipótesis, más que mutuamente excluyentes, son complementarias».
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