martes, 21 de abril de 2015

ALGO SOBRE LA MEDICINA DE GÉNERO



Por Clara Restrepo

Nos hemos encontrado este artículo del “Fatto Quotidiano” sobre la medicina de género que nos revela algunos datos interesantes y otros ya mencionados en los seminarios de Feminología de Inspiración Femenina. Nos parece interesante el hecho de que se esté divulgando este tipo de información para mantenernos informadas sobre los riesgos de los fármacos para la salud de la mujer debido la falta de investigación sobre la fisiología femenina y los efectos colaterales de los fármacos. También nos aclaran datos económicos como el hecho de que la investigación de fármacos sobre el género femenino es más costoso y requiere más tiempo.

Aquí os dejamos el artículo completo y el link para acceder al artículo en italiano.
Una salud a la medida de la mujer no existe hoy. Los prejuicios de género en la investigación demuestran que los fármacos siempre son probados sobre los hombres, por consiguiente no siempre tienen la misma eficacia en el género femenino, más susceptible a desarrollar reacciones adversas: en las edades entre 35 a 44 años son casi el doble de las manifestadas en sus coetáneos masculinos. En la mayoría de los casos no se tiene en cuenta la diversidad biológica entre el hombre y la mujer y solo se diferencia la dosis para adultos y niños y como máximo se prohíbe la ingestión del fármaco durante el embarazo.
Este asunto viene tratado por el Instituto Neurológico Carlo Besta de Milán que junto a la Región Lombardía han dedicado un congreso a la diferencia de género en la enfermedad de Parkinson. “En las mujeres es tres veces más frecuente la aparición de movimientos involuntarios de los miembros superiores e inferiores que constituyen los efectos colaterales de la L-Dopa, el fármaco usado para tener bajo control los temblores típicos de la enfermedad –explica Barbara Garavilla, responsable del comité único de garantías para la igualdad de oportunidades hospitalarias- En los casos más graves se debe reducir la dosis y a ser posible intervenir quirúrgicamente con la utilización de pequeños electrodos para estimular las células del cerebro para que produzcan más dopamina (el neurotransmisor carente por causa de la enfermedad). Los síntomas son diferentes pero a menudo se los ignora. En los hombres el Parkinson provoca sobre todo un deterioro de las capacidades cognitivas mientras que en las mujeres aparece más la ansiedad y la depresión.
La Organización Mundial de la Salud ha oficializado la existencia de las diferencias de género desde 1998, después de cuatro años ha creado el Departamento para el Género y la Salud de la Mujer y desde ese momento ha iniciado a promover la integración de las consideraciones de género en las políticas sanitarias, pero los cambios proceden a pasos demasiado lentos.
En el 2014 el World Economic Forum ha situado a Italia al 68 puesto en la clasificación de la desigualdad en los tratamientos médicos entre hombres y mujeres. Es una paradoja, las mujeres viven más tiempo pero con menos salud. Por ejemplo con respecto a los hombres, las mujeres sufren más de osteoporosis, enfermedades del tiroides, depresión, ansiedad, cefalea y hemicráneas, cataratas e hipertensión arterial.
La medicina de género que se encarga de estudiar las enfermedades y los tratamientos en base a las diferencias anatómicas, biológicas, psicológicas y culturales del individuo, debe tener en cuenta un obstáculo: la experimentación clínica de los fármacos vienen efectuadas sobre un modelo de un 70% de hombres y apenas un 30% de mujeres, al final se hace una media de datos descuidando las diferencias anatómicas entre un organismo femenino y uno masculino, po ejemplo las mujeres al tener menor peso pero mayor masa de grasa responden a una manera diferente al fármaco.
La razón por la cual la investigación científica se basa sobre modelos masculinos es en primer orden económica. En los años 60 y 80 las mujeres estaban completamente excluidas de los test porque no estaban todavía suficientemente emancipadas. En cambio hoy no se tienen en cuenta porque costarían demasiado a las empresas, significaría aumentar al menos de 5 a 6 los grupos experimentales porque el sexo femenino debe ser representado en las diferentes fases de su vida reproductiva, ciclo menstrual, embarazo, lactancia y menopausia, con un inevitable aumento de gastos económicos y de tiempo de investigación. Tampoco faltan las razones sociales, las mujeres son menos disponibles porque deben ocuparse de la familia y están menos interesadas en este tipo de experiencia.
Los prejuicios de género también afecta la descripción de los síntomas de una enfermedad. Por ejemplo en el infarto de corazón, los síntomas que se toman como referencia en los textos médicos son aquellos que se manifiestan exclusivamente en el varón: un dolor constrictivo al tórax que se puede irradiar al cuello, los brazos y a la espalda y una sensación de opresión en el estómago.
En las mujeres en cambio se presenta con una sensación de malestar general, sudoración, diarrea, nausea y vértigos. Estas diferencias son descuidadas y poco visibles a los ojos de los profesionales médicos.
Lo mismo se puede ver en el uso de los fármacos, en las mujeres los anti arrítmicos pueden influir más frecuentemente en el funcionamiento del tiroides, el uso de anticoagulantes y antiagregantes en cambio la expone a hemorragias cerebrales. Por esto se deben utilizar las dosis bien medidas. “En la universidad nadie te enseña estas cosas, se aprenden en la práctica, con la experiencia, el boca a boca y estar informado sobre las ultimas investigaciones, concluye diciendo una doctora jefe de cardiología del hospital Humanitas de Milán.
Para acceder al link en italiano:
http://www.ilfattoquotidiano.it/2015/04/07/ricerca-pregiudizio-genere-farmaci-sperimentati-sugli-uomini/1570430/