martes, 27 de agosto de 2013

Japoneses le ponen "peros" a la vacuna contra el papiloma


Por: Andrea  Cabrera

El anuncio del gobierno japonés de reevaluar la aplicación de la vacuna que previene el cáncer de cuello uterino ha causado gran sorpresa a nivel mundial.
El gobierno japonés que abrirá una investigación sobre posibles efectos adversos asociados a la Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano.

La misma semana en que el gobierno de Estados Unidos anunció que haría esfuerzos por incrementar la tasa de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano entre las adolescentes, el Ministro de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón enviaba un mensaje totalmente contrario a sus funcionarios: no suspender la vacunación pero tampoco promoverla.

La inesperada cautela de los japoneses frente a un tratamiento que hasta ahora ha demostrado ser altamente efectivo en la prevención de una de las principales causas de muerte entre mujeres, el cáncer de cuello uterino, tomó por sorpresa a los médicos, padres de familia, fabricantes de la vacuna y a expertos en general.

“Esta decisión no significa que la vacuna en si misma sea problemática desde un punto de vista de seguridad”, dijo Mariko Momoi, una de los expertos comisionados para resolver la controversia provocada por reportes sobre posibles efectos adversos generados tras la aplicación de la vacuna: “Investigando podremos ofrecer información que permita a las personas sentirse más tranquilas”.

Según un reporte del periódico Japan Times, hasta diciembre de 2012 Japón había promovido un masivo plan de vacunación llegando a inmunizar contra el virus del papiloma humano a 8.29 millones de personas. Y hasta marzo de 2013 las autoridades habían recibido 1968 reportes de efectos adversos. De estos, 106 fueron catalogados como casos serios de dolor, convulsiones y dificultad para caminar.

Los efectos adversos son comunes en cualquier tratamiento médico. La diferencia está en la cantidad y gravedad con que se presenten. De acuerdo con las cifras que hasta ahora han sido divulgadas en medios japoneses, el riesgo de efectos adversos es de 12.8 casos por cada millón de inoculaciones. De confirmarse y resultar cierta, esta cifra sería mayor a la que se presenta con la aplicación de una vacuna como la influenza (0.9 casos por cada millón) o la dela polio (2.1 casos por cada millón). Y mucho menor que los casos que se presentan con la vacuna contra la encefalitis (26 casos por millón).

Tan pronto se conoció la decisión del gobierno japonés, voceros del laboratorio Merck, uno de los dos fabricantes de la vacuna (Gardasil), negaron que hasta ahora se haya establecido una relación causal entre la vacuna y los síntomas que han presentado las personas vacunadas, pero reconocieron la ansiedad que provoca una situación como esta entre la población: “continuaremos colaborando con las autoridades para monitorear y verificar los datos que permitan reasumir la promoción de la vacunación contra el virus del papiloma”. El otro laboratorio fabricante es GlaxoSmithKline (Cervarix) quien señaló que no existe evidencia sobre dolores relacionados con la utilización de su producto.

La razón por la que los gobiernos, entre ellos el colombiano, han impulsado activamente la vacuna es porque ha  Prevención de Enfermedades de Estados Unidos mostró una reducción de la infección por el virus de 56% entre adolescentes de 14 a 19 años.

Raúl Murillo, director del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia dice estar sorprendido con el anuncio de los japoneses pero advirtió que hasta ahora ningún otro sistema de vigilancia, ni en Europa ni en Estados Unidos, ha enviado alertas sobre el uso de la vacuna. “Ningún ensayo clínico ha mostrado una tasa de eventos adversos que justifique la suspensión de la vacunación”, explicó Murillo.

Para el médico e investigador colombiano la vacuna contra el virus del papiloma humano ha estado desde el principio rodeada de polémica. En primer lugar, se trata de una vacuna que hasta el momento la Organización Mundial de la Salud recomienda aplicar sólo en mujeres mientras todas las otras vacunas se aplican por igual en hombres y mujeres. Una segunda particularidad, es que está indicada en niñas preadolescentes y adolescentes antes del inicio de su actividad sexual lo que despierta algunos tabúes sociales. “Es normal que haya reacciones políticas, religiosas y sociales. Que cada uno vea una oportunidad para batallar contra la vacuna”, concluyó Murillo sin antes advertir que por ahora es difícil cualquier opinión hasta que no se conozcan datos confiables.

En Colombia el plan de vacunación está dirigido a unas 400.000 niñas matriculadas en quinto grado de primaria. Hasta ahora la cobertura de vacunación ha sido del 80% aproximadamente. Con esto se espera reducir la mortalidad por cáncer de cuello uterino de 8 casos por cada 100.000 habitantes, a menos de 5 por cada 100.000.

Para Gloria Inés Sánchez, investigadora de la Universidad de Antioquia y directora del grupo Infección y Cáncer, “los efectos adversos que se han presentado con esta vacuna no son distintos a los de otras vacunas”. Insistió en que hasta ahora ninguna autoridad de salud confiable, como la Organización Mundial de la Salud o el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos ha enviado ninguna señal de alarma.

La investigadora colombiana recordó que esta vacuna diseñada para prevenir una enfermedad de trasmisión sexual ha despertado la suspicacia de muchos grupos religiosos: “Estos grupos han sido muy exitosos en propaganda. Tiene dinero. Han hecho fuerte lobby”.

Uno de estos grupos que batalla contra la aplicación de la vacuna es la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (http://www.aavp.es/inicio/). En su portal se autodeclaran como “una asociación sin ánimo de lucro que tiene como fin trabajar por una asistencia médica digna para las personas afectadas por los efectos adversos de la vacuna del papiloma humano”. Una rápida visita de la página permite descubrir su influencia religiosa más que científica

sábado, 24 de agosto de 2013

“ENFOQUE DE GENERO” A LA DROGADICCION EN MUJERES

Por Asociación Inspiración Femenina




Ha salido en prensa un estudio sobre las drogadicciones en mujeres, y los datos muestran que, aunque siempre hay una mayor incidencia de esta situación en varones, el problema que hay en las mujeres es que acceden menos a los centros de ayuda, por varios motivos, entre otros porque está peor visto por nuestras sociedades que la mujer sea adicta. Esto hace que, por ejemplo en España, en proyectos de ayuda a los drogadictos como el Proyecto Hombre, un 91% de las personas que acuden sean hombres mientras que solo un 9% de mujeres.

Otro dato remarcable es que el 80% de las mujeres drogodependientes son victimas de violencia de género.

Estas cifran han hecho que sanidad se empiece a plantear el dar un “enfoque de género” al tratamiento de las drogodependencias. Parece que quieren incluir protocolos que se ajusten más a las necesidades de la mujer, basándose sobre todo en dos aspectos:

el acceso de la mujer al mercado laboral, ya que, como ha dicho Carmen Plaza, la rehabilitación viene en gran medida supeditada a la independencia económica; y la investigación: cuanto más exhaustivo sea el diagnóstico de cómo las drogas afectan a la mujer, y de los ocasionales obstáculos que pueda encontrar para abandonar su consumo, más certeras serán las medidas de las administraciones.”

Aquí tenéis acceso a la noticia:


 Y aquí a mas información de las medidas que el gobierno va a tomar para darle una perspectiva de género al tratamiento de la drogadicción:




Desde la Inspiración femenina nos alegramos de que por fin se empiecen a dar cuenta de que hay que tratar tanto social, como médicamente de manera diferente a hombres y a mujeres. Somos seres distintos, con diferentes necesidades, sensibilidades y carencias.

Tratándose de las drogodependencias además, en las que los factores medioambientales y sociales tienen tanta influencia, las posiciones y experiencias de varones y mujeres en nuestras sociedades son aún radicalmente diferentes, por mucho que se quiera pensar lo contrario.

Desde nuestra formación como sanadoras y humanistas queremos aportar algunos aspectos a esta iniciativa, y que osn los que relatamos a continuación.
 
En primer lugar, hacer la reflexión de que cualquier drogodependencia es una búsqueda de evadirse de la realidad. En este sentido, podríamos decir que es un equivalente psicótico, en el que la persona busca escapar de la realidad en la que vive y que no le gusta. En ese huir, en vez de adaptarse o mejorar su situación, se produce –entre otras cosas- una pérdida del sentido de la vida.

De ahí que el pilar central del tratamiento de una drogodependencia es ayudar al sujeto a RETOMAR EL SENTIDO DE SU VIDA. Esto, en el caso de las mujeres se torna quizá un poco más difícil, pues en nuestras sociedades masculinas es más fácil para un hombre encontrar un sentido que para una mujer, ya que el rápido cambio de roles, y el poco tiempo para asumirlos interna y culturalmente hace más profunda la pérdida de sentido en las mujeres. Por tanto, habrá que hacer un énfasis especial en esto


El ELEMENTO ESPIRITUAL creemos es de vital importancia, sea de la índole que sea, para conseguir este objetivo. Sabemos que los proyectos ligados a religiones o movimientos espirituales siempre han tenido más éxito con las drogodependencias porque los sujetos empiezan a vislumbrar un sentido, más allá de la realidad material que les rodea.

Tanto en hombres como en mujeres drogadictas es imprescindible el indagar bien el origen de la drogodependencia. Es decir, cuando, y por qué empezó esa situación. Pero quizá en la mujer sea aún más importante el tener bien claro este origen porque probablemente, podríamos decir que el origen de su drogadicción esté relacionado con el hecho de ser mujer y de no saber cómo abordar ese papel en este mundo.


Otro aspecto en el que, de cara a las mujeres drogodependientes hemos de hacer especial hincapié es en la DILUCIÓN DE LA CULPA. Nos explicamos. El elemento culpa es algo presente en casi el 100% de la población femenina de nuestro planeta, por una cuestión cultural. Pero además, en las drogodependientes esa culpa se puede hacer más profunda porque el estigma de una mujer drogadicta es mucho mayor que el de un hombre. Por otro lado, es más habitual que el varón drogadicto termine en la delincuencia, mientras que la mujer drogadicta puede terminar, con cierta frecuencia,  en la prostitución. Esto hace que además de la culpa por la drogadicción, se añada la culpa por una perdida de la dignidad. No sería de extrañar que la mujer drogodependiente no sea exactamente consciente de que se siente culpable, pero desde el punto de vista humanista, sanador y de especie, este es un elemento que no hemos de perder de vista.

Añadido a la dilución de la culpa sería necesario un REFUERZO DE SU IDENTIDAD, que por el hecho de ser mujer y vivir en nuestra sociedad y en nuestro tiempo va a estar bastante confundida.

A todo esto creemos que hay que añadir un componente de CAPACITACION imprescindible. La posibilidad de indagar en cuales son las habilidades y los intereses de la persona y poderla orientar al respecto para que adquiera una capacitación será muy importante para su inserción social. Las medidas que propone el gobierno en cuanto a una mayor inserción en el mercado laboral no sabemos exactamente cuales serán; probablemente se trate de una reducción en el impuesto de seguridad social a las empresas que contraten a estas mujeres. Bueno, está bien, pero con ello no conseguimos una capacitación de la persona, ni que encuentre realmente realizarse en aquello para lo que tienen cualidades.

El ultimo aspecto se trata de promover un RESPETO HACIA SI MISMO Y HACIA LOS DEMAS. Porque una de las cosas que le ocurre al drogadicto es que se ha perdido el respeto a sí, y por ende, también al resto.

Todo esto, encuadrado en una decisión forme de cambio, porque si esa decisión no existe, cualquier maniobra o cualquier elemento de ayuda va a ser inútil. De cara a esta decisión –necesaria en ambos géneros- hay que hacer un especial hincapié en lo femenino, pues su capacidad de decisión ha sido mucho más mutilada a lo largo de la historia.

Estamos elaborando estrategias energéticas para abordar esta situacion desde este punto de vista. Seguiremos informando.

domingo, 18 de agosto de 2013

La perla preciosa

Por Ana BCamponovo

Según el ideograma, probablemente de origen chino

El Punto-G es el clítoris interno

Navegando y dando vueltas por la intrincada red de internet en busca del origen de esta ilustración, llegamos a un artículo realmente interesante sobre el clítoris publicado recientemente -mayo de 2013- en el blog de Pere Estupinya, del periódico El País, España. Creemos que éste puede nutrir nuestra formación y conocimiento sobre un instrumento musical tan peculiar con el que la natura nos ha provisto.
Con alegría compartimos esta información interesante tanto para mujeres como para los nuevos hombres. Si bien Pere Estupinya dice que el clítoris es como el pene, luego durante el artículo se desvela que si bien tiene algo en común, como su origen embriológico, sus funciones son otras, tiene una estructura bastante más compleja y la inervación también difiere. 



Pere Estupinya | 11 de mayo de 2013
El punto-G podría ser una zona del interior de la vagina desde donde se alcanza la estructura interna del clítoris, órgano que es mucho más similar al pene de lo que pensamos y que también crece internamente durante la excitación sexual.

La búsqueda científica del punto-G tiene aspectos casi cómicos. En 2012 La revista Journal of Sexual Medicine publicó una revisión de 96 artículos peer-reviewed sobre el punto-G, la fisiología de los genitales femeninos, la eyaculación femenina y el orgasmo vaginal, y una de las conclusiones fue:“las encuestas demuestran que la mayoría de mujeres sí creen que el punto-G existe (…) pero medidas objetivas han fracasado en aportar evidencias fuertes y consistentes de la existencia de un lugar anatómico que pudiera estar relacionado con el punto-G. (…) Quizás el punto-G no se ha estado investigando correctamente”.
Es decir, que cuando más allá de conversaciones de bar o esa acientífica costumbre de referenciar siempre en función de experiencias personales, los investigadores realizan encuestas amplias y metodológicamente rigurosas, un porcentaje alto de mujeres dice tener un área en la parte frontal de la pared vaginal a unos 2-4 cm de la entrada que -cuando están excitadas y en diferente grado depende de la mujer- resulta más sensible que el resto de la vagina. Otra cosa es que los científicos se pongan de acuerdo en qué diantre es fisiológicamente el tan esquivo punto-G…
La búsqueda científica del Punto-G
Extraído de la red, sin referencia
El médico alemán Ernst Grafenberg fue el primero quien en los años 50 sugirió la existencia de “una área erótica de 1-2 cm en el interior de la vagina que inducía orgasmos por estimulación mecánica directa”. Sus hipótesis pasaron desapercibidas hasta 1982 cuando tras varios estudios la sexóloga Beverly Whipple publicó con su colaborador John Perry el best seller “El punto-G y otros descubrimientos sobre la sexualidad humana”.
Desde entonces la ciencia occidental (en la India ya hacía siglos que hablaban de zonas más sensibles en el interior de los genitales femeninos) empezó a buscar qué podía haber en esa parte frontal de la vagina que ofreciera un placer más intenso.
Primero hicieron análisis anatómicos para ver si encontraban alguna especie de órgano o estructura interna específica que pudiera ser el punto-G. Pero no descubrieron nada.
Luego con estudios histológicos analizaron si esa área de la pared vaginal tenía más concentración de terminaciones nerviosas que pudieran ser responsables de la mayor sensibilidad. Tampoco.
Posteriormente algunos autores sugirieron que las glándulas de Skene (glándulas situadas cerca de la uretra de origen común con la próstata masculina e involucradas en la eyaculación femenina), podrían ser contactadas presionando desde el interior de la vagina y ser las causantes del placer. Pero estudios fisiológicos lo descartaron entre otras cosas por no tener suficientes receptores sensitivos.
Tal fue el fracaso en la búsqueda anatómica del punto-G, que algunos científicos empezaron a declarar que el punto-G era “un mito de la ginecología moderna” (Hines TM, 2001).
Entrevistada para el libro "S=EX2", Beverly Whipple reconoce que “quizás el problema haya sido el nombre de punto, que nos hace pensar en una especie de botón mágico cuyo contacto directo genera más placer. Nosotros nunca dijimos que fuera una unidad anatómica independiente, sino simplemente un área de la pared vaginal con más sensibilidad que el resto. Y eso es incontestable, por mucho que los investigadores no sepan identificarla.”
La ciencia iba un poco perdida, hasta que en 2009 la francesa Odile Buisson publicó una hipótesis realmente interesante: el punto-G no era más que una zona de la vagina desde donde contactar indirectamente con el clítoris interno.

El clítoris de la mujer es mucho más grande y parecido al pene de lo que pensamos (ambos vienen de la misma estructura embrionaria, sólo que el pene crece y sale hacia fuera y el clítoris se desarrolla por dentro). La parte externa que vemos del clítoris es sólo su glande -equivalente al glande masculino-, y por dentro tiene un cuerpo mayor con cuerpos cavernosos y esponjosos que como el pene también se hinchan durante la excitación sexual. Mediante detallados sonogramas, Odile Buisson demostró que cuando el clítoris está erecto sus partes internas quedan muy cerca de la vagina, y sugirió que esto podría ser la explicación a la mayor sensibilidad.
Imagen de la película "El clítoris, ese amigo desconocido" 2005
Otros estudios con imágenes de ultrasonidos encontraron diferencias en el grosor del espacio uretrovaginal entre mujeres que tenían orgasmos por contacto en el punto-G y las que no. Uniendo todos estos datos, Buisson concluyó que el punto-G sería la zona de la vagina desde donde ejerciendo presión –y favorecido por un espacio uretrovaginal estrecho- se podrían alcanzar la parte interna del clítoris.
Los orgasmos exclusivamente vaginales son menos frecuentes, pero sí existen
La hipótesis de Buisson es la más aceptada hasta la fecha, y algunos la han interpretado asegurando que en realidad todos los orgasmos femeninos son clitorianos, ya sea por estimulación externa directa o interna a través del punto-G. No es del todo acertado.
Cierto que la mayoría de orgasmos “vaginales” durante la penetración lo son por contacto indirecto con el clítoris interno, pero hay varias evidencias de que el orgasmo exclusivamente vaginal sí existe.
La primera sería que muchas mujeres definen ambos tipos de orgasmos como muy diferentes. El clitoriano sería más localizado y el vaginal más “corporal”. Esto no invalida necesariamente la hipótesis anterior, puesto que las terminaciones nerviosas que llegan al glande y cuerpo de penes y clítoris son diferentes. A los glandes sólo llega el nervio pudendo mientras que al cuerpo lo hace también el pélvico, y eso podría explicar las diferentes sensaciones.
Sin embargo estudios recientes introduciendo sensores térmicos en las vaginas han observado mayor sensibilidad de la pared anterior que la posterior sin necesidad de realizar presión alguna, y también recientemente el italiano Emmanuelle Jannini ha sugerido la existencia de una zona más gruesa y con más terminaciones nerviosas en la pared vaginal anterior, que en lugar de punto-G él prefiere llamar complejo clito-uretro-vaginal (CUV). Además por otra parte sabemos que algunas mujeres tienen orgasmos “no genitales” por estimulación de pechos u otras áreas del cuerpo, sin que el clítoris esté involucrado.

Pero quizás los datos más concluyentes son los de Barry Komisaruk con escáneres de resonancia magnética funcional, mostrando que se activan dos zonas diferentes de la corteza sensorial del cerebro cuando una mujer estimula su clítoris o el interior de la vagina. Esto indica que hay diferentes nervios recibiendo la señal del clítoris y de la vagina, y que en algunas mujeres la estimulación sólo de estos últimos puede conducir al orgasmo.
Barry Komisaruk
De hecho Barry Komisaruk ha investigado con mujeres con lesión medular sin sensibilidad en clítoris ni entrada de la vagina, debido a que la lesión es por encima de la salida del nervio pudendo y pélvico, pero que sí tienen sensibilidad en áreas vaginales más internas y en el fondo del cuello del útero. Allí llegan el nervio hipogástrico (que sale de la columna vertebral a una altura superior) y el nervio vago (que no pasa por la médula espinal y transmite información al cerebro de órganos internos como riñones, hígado, estómago, pulmón o útero). Según ha publicado Komisaruk algunas de estas mujeres “discapacitadas sin sensibilidad clitorial” han alcanzado orgasmos estimulando zonas más profundas de la vagina, siendo la evidencia más fuerte hacia la distinción entre ambos tipos de orgasmos.
Cierto que en realidad muchos de los orgasmos “vaginales” en realidad son “clitorianos internos”, pero varios estudios indican (además de las experiencias de millones de mujeres) que los exclusivamente vaginales también pueden existir.

sábado, 10 de agosto de 2013

ESTUDIO REVELA EL PERIODO REAL QUE DURA UN EMBARAZO




Por: Lola Bahr.

  Aunque ya hace tiempo se sabe que el periodo de los nueve meses de duración del embarazo es un mito, hasta la fecha sigue sin poderse afirmar con presicion cuándo va a dar a luz una mujer, por mucho que en esa primera visita el ginecólogo establezca una fecha aproximada para salir de cuentas.
Según reporta el portal español El Mundo, se sabe que sólo el cuatro por ciento de las mujeres dan a luz cuando han pasado exactamente 40 semanas y sólo el 70 por ciento lo hace dentro de los 10 días anteriores o posteriores a la fecha prevista.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Human Reproduction, las fechas de parto entre embarazos naturales pueden variar hasta en 37 días, más de un mes de diferencia que puede angustiar a los futuros papás.

Para averiguar esta cuestión, los investigadores del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de EEUU (NIEHS) llevaron a cabo una investigación en la que utilizaron a las participantes del Estudio del Embarazo Precoz, un análisis prospectivo de 130 mujeres que, entre 1982 y 1985, dejaron de tomar anticonceptivos para quedarse embarazadas.




La edad puede determinar la duración

Aquellas que gestaron un único hijo y de las que se tenían datos hormonales desde el primer momento (entregaron muestras diarias de orina), fueron las analizadas por los investigadores del NIEHS, liderados por la epidemióloga Anne Marie Jukic.

Sin embargo, su trabajo sugiere muchas más cosas que podrían incluso utilizarse para prever la fecha real de parto que un ginecólogo debe decirle a su paciente, indicó El Mundo.


Como parte de los resultados se detectó que las mujeres más mayores eran más proclives a dar a luz más tarde. De hecho, cada año de edad de la madre añadía un día a la fecha de parto.

Además, las participantes que habían pesado más en su propio nacimiento eran más proclives a los embarazos largos. Por cada 100 gramos más que hubiera pesado la madre al nacer se retrasaba en un día la fecha prevista del parto.

Otro factor predictivo eran los embarazos anteriores. Si estos habían sido largos, era más posible que los siguientes también los fueran.



Hay factores biológicos

Pero los autores del estudio también encontraron factores biológicos asociados a la duración del embarazo. En primer lugar, las concepciones que tardaban más tiempo en implantarse también alargaban el parto.

Además, cuando las mujeres tardaban más en experimentar una subida natural de la progesterona (una hormona que ahora se administra artificialmente a la mayoría de las embarazadas) sus embarazos eran una media de 12 días más cortos que los del resto.

Aunque Jukic y sus colaboradores reconocen las debilidades del estudio, sobre todo el pequeño tamaño de la muestra y el hecho de que se tratara de mujeres que estaban intentando concebir específicamente y en las que, por lo tanto, había poco consumo de tabaco, sí se ven con fuerza para concluir que la variabilidad de la duración del embarazo es mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora y que los eventos hormonales que suceden al principio del mismo pueden ser clave a la hora de poner fecha a la esperada llegada del bebé.

© 2013 Univision Communications Inc.



Sin pretender menospreciar esta investigación…. me pregunto:

¿Y para qué tanto control?


miércoles, 7 de agosto de 2013

La Neurociencia de la Vagina


Publicado por: Marytza Fragela


La neurociencia de la vagina, una revolución informativa

VAGINAS_zpsf68641c6
La escritora Naomi Wolf, en su nuevo libro Vagina: A New Biography [La vagina: una nueva biografía] revela información científica que cambia el concepto que la mayoría de nosotros (tanto hombres como mujeres) tenemos sobre este órgano. De hecho, la vagina deja de ser meramente un “órgano sexual” y se revela como un sistema en sí mismo.
“Pocos de nosotros sabemos que cuando una mujer tiene un orgasmo –e incluso antes de eso, cuando se siente empoderada para pensar en sexo placentero, anticiparlo, concentrarse en cómo conseguirlo, y se siente en control y en conocimiento suficiente de su cuerpo para saber que probablemente puede alcanzar un orgasmo durante el sexo—su cerebro recibe un descargue del neurotransmisor dopamina. Y luego, en el orgasmo, también se liberan opioides y oxcitocina. Esta experiencia no solo da placer, un hecho que es bien sabido; también genera estados de conciencia específicos”, escribe Wolf.
La dopamina, a la que Wolf llama “el máximo neurotransmisor feminista”, genera motivación y orientación hacia objetivos; confianza en tu propio juicio y, lo más notable de todo, confianza (análogo a lo que produce la cocaína pero sin sus obvias repercusiones). Los opioides le dan al cerebro la sensación de éxtasis y trascendencia; y, finalmente, la oxcitocina crea una sensación de intimidad, empatía y cuidado.
Con todo esto, y dado el “baño químico” que implica la sexualidad femenina, se puede decir que la vagina no es sólo un órgano sexual, sino un mediador poderoso de la confianza femenina, la creatividad y la conciencia que se tiene de las conexiones entre las cosas.
Wolf explica, además, cómo reaccionan las vaginas ante las violaciones (violentas o no violentas), y ante la estimulación de distintos puntos de placer. De esto último agrega, con base en estudios neurocientíficos, que no es que la mujer tenga múltiples puntos orgásmicos, sino que es uno sólo que se ramifica como un manojo de nervios que brotan de una misma mente. Es por eso que estimular dos puntos a la vez llega a ser tan explosivo.
La información en su libro es, al menos, transformadora: el hecho de saber que tan profundamente afecta la vagina a la conciencia femenina, a su autonomía y a su toma de decisiones es ya un parte aguas en la información. La pregunta es: ¿por qué hasta ahora se había guardado silencio científico al respecto?