Por Milagros García-Bueno
Hablando de moda… como ya sabemos
la moda la sigue imponiendo esta sociedad patriarcal en la que vivimos, donde
a las mujeres nos utilizan como
muñecas con las que jugar. Nosotras jugábamos
con las muñecas de plástico, de goma o de tela, pero aquí estamos hablando de
jugar con esa parte de la especie humanidad que se llama mujer “fémina”. Un
juego que sirve para vendernos un éxito o un fracaso, un estar dentro del grupo
o fuera de él, en cualquier caso no somos ni consideradas ni se nos tiene en
cuenta. Además toda esta manipulación a través de la moda, lo que nos hace es
ser las mejores y más fáciles consumidoras del mercado, en nuestro afán de
estar a la altura.
Y como todo tiene un pero, lo que
ahora nos van contando es que algunas de las cosas que van de moda y que
utiliza la mujer no son buenas para nuestra salud. Son de esas incongruencias
que tiene la inteligencia del ser humano que, sabiendo que hace mal, lo siguen fabricando,
hacen un buen marketing, lo comercializan, unos pocos se hacen ricos y lo que les suceda a los demás
no les interesa.
A este respecto leímos, en el
diario La República, un artículo donde nos cuentan que la Asociación Nacional
de Osteópatas de Gran Bretaña, a partir del famoso dicho “para ser bella hay
que sufrir”, ha hecho una investigación científica donde nos revelan cómo esas
modas perjudican la salud.
¿Qué jóvenes –y menos jóvenes- no
se pone unos Jeans estrechos? Pues no solamente impiden la circulación
de la
sangre, sino que al ser tan estrechos no permiten movimientos naturales,
lo que
repercute sobre la salud de la espalda. Pueden limitar el movimiento
equilibrado de la zona central del cuerpo, provocando una postura
incorrecta. Esto mismo ocurre con las faldas y pantys/medias que
utilizamos diariamente.
Los bolsos grandes, pues ya se
sabe que cuanto más grande más se mete…. ¡y eso pesa…..! Y ese peso lo llevamos
durante muchas horas con el mismo hombro, lo cual supone un desequilibrio para
nuestra espalda.
Los zapatos muy altos o los
totalmente planos tampoco son aconsejables, pues los primeros dañan la columna
vertebral y los dedos de los pies y los segundos, como no tienen un arco
plantar, pues alteran la armonía de nuestra estructura. Se aconseja de utilizarlos
en ocasiones especiales y no habitualmente.
Collares, pendientes, pulseras y
relojes, muy pesados causan fatiga a los
músculos del cuello y a los hombros y muñecas, provocando tensión y dolor y daño a largo
plazo.
Y los gorros, ahora tan de moda
en los meses de invierno y útiles para el frío en la prevención de resfriados, pero
cuando son muy estrechos pueden causar dolores de cabeza cuando son utilizados durante
muchas horas seguidas.
Así podríamos enumerar todas las
prendas que visten o adornan a las mujeres, desde lo más externo a lo más interno, pues no hemos mencionado la ropa
íntima. Ante esta situación, que es uno más de los mecanismos de manipulación
hacia la mujer, solo nos cabe decir:
“SE TU MISMA Y MIMATE”